Llega la primavera y con ella uno de los eventos más esperados en La India, el Holi Festival.
Si te hablan del Holi Festival, tal vez no te suene, pero si te digo que es la fiesta del color en la que se lanzan polvos de colores, tal vez te venga alguna imagen a la cabeza de algún anuncio de televisión, película o similar. El concepto Holi, se está extendiendo alrededor del mundo y no hace mucho que ha llegado a Europa. Actualmente, se aprovecha esta celebración se realiza en maratones, eventos benéficos y festivales de música como principal reclamo, dejando huella gracias a su ingrediente diferenciador: el color.
El Holi Festival, representa para la comunidad hindú la llegada de la primavera. Se considera la fiesta del amor y del color y se celebra por toda La India durante el mismo periodo, este año será el día 6 de marzo. Es impresionante vivirlo en su país de origen, todas las ciudades se vuelcan con el evento. Sin embargo, cabe destacar que no todo es tan maravilloso como parece, porque es una fiesta en la que principalmente los hombres salen a divertirse y a hacer excesos, por lo que puede ser peligroso para extranjeros y es muy importante saber dónde celebrar esa fiesta. Si haces una mala elección, cabe la posibilidad de que no puedas abandonar el hotel, aunque pasada esta festividad para los indios, es un honor que personas de otras culturas “jueguen al holi” o como dicen ellos muy sonrientes: “you played holi”.
Pues bien, justamente ahora se cumple un año de mi viaje a La India con mi querida amiga Nadyr, compañera de viaje incondicional, con quien estructuré toda una aventura hindú con el fin de vivir el Holi Festival durante nuestra estancia.
Nosotras elegimos Pushkar, una de las ciudades más antiguas de La India. Región sagrada y de peregrinación totalmente vegana, donde “supuestamente” no se consume carne, huevos, ni alcohol. Y digo supuestamente porque durante nuestra estancia sí que encontramos lugares donde vendían alcohol. En esta ciudad coincidimos con unas amigas de Nueva Zelanda, Sammy y Angela y, junto con ellas, celebramos el festival de los colores.
Lo pasamos fenomenal: nos reímos, bailamos, saltamos, nos mojaron, nos mancharon, conocimos a muchísima gente. Realmente todo fue muy diferente a lo esperado, pero lo más divertido fue terminar totalmente tintadas con una mezcla de colores impresionante. Debo decir que fuimos unas privilegiadas, porque tuvimos el placer de compartir unas horas con una familia india que nos mostró con detalles los rituales a seguir ese día y nos guiaron por el lago de la ciudad y los templos principales. Una experiencia que nos marcó a todas.
Como adelantaba, lo más divertido fue terminar totalmente tintada de colores, pero nuestra sorpresa fue cuando esos colores no se nos iban de la ropa, de la piel o del pelo. Fue un shock, porque nadie nos había advertido de la intensidad de los pigmentos. En la piel se terminó quitando a los tres días, pero para nuestra desgracia toda La India se enteró de que nosotras también habíamos “jugado a Holi”, obviamente, por los restos de color rosa en nuestras melenas. Personalmente, y después de probar todo tipo de productos, tuvieron que pasar 3 meses para que mi pelo volviera a ser el mismo de antes y, todo lo que se quedó entre medias, ahora ya queda en anécdota.
A pesar de que dicen que los polvos que se utilizan son pigmentos de extractos naturales, tras mi experiencia, y dado que lo mezclan con agua, puedo decir que de naturales tienen poco, por lo que, si vas a una fiesta del color, te recomiendo que te protejas principalmente piel y pelo:
- Échate aceites en el pelo, para que no absorba los colores.
- Utiliza un sombrero, gorra, pañuelo o similar.
- Ponte crema hidratante en la piel para que no se fije la tinta.
- Utiliza ropa vieja a la que no le tengas mucho cariño, porque nunca volverá a ser como antes.
¿Ya estás listo? Pues a disfrutar y… HAPPY HOLY!!
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